Estallido bajo la tierra
termina el mundo,
el conocido.
Estallido bajo la tierra
termina el mundo,
el conocido.
Nuestras historias se parecen.
Un hilo de seda traza cada punto,
bordado infinito.
Nuestras miradas se parecen,
encuentran la tarde roja
dibujan juntas el amanecer.
Nuestros cuerpos se parecen,
saben coincidir en el punto
espacio perfecto.
Nuestras almas se parecen
en el vértigo voraz de esta vida
que desiguala,
para hacernos únicos.
Publicado en el libro Justo ahora que venía callando (2018), poemas reunidos, de Casa Poesía.
La busqué tras el mueble
de un lugar estrellado,
en lo que pensé, ingenua esa noche
y en tu cigarrillo apagado.
Mil deseos que embrollan
vaya a saber en cuantos nudos,
prisionero en gatunas zarpas
que mi corazón malogran.
Con un susurro leve invitaste;
estrella en tus ojos, sonrisa escondida;
mi respuesta negativa al instante
ocultó el sello de mi cobardía.